Siempre he dicho que las mujeres, cuando caemos, lo hacemos con los pies quebrados mientras que los hombres lo hacen con sus patitas intactas.
La semana que pasó escuché una acalorada tertulia sobre si las estudiantes que salen embarazadas deben salir del sistema educativo diurno. Una joven decía que era absolutamente necesario que se fueran a la nocturna porque podían contaminar a sus compañeras.