América Latina despidió a Benedicto XVI en su último día como papa con un repicar de campanas, elogios a sus virtudes, ceremonias religiosas y cadenas de oración.
En muchos países de la región, las campanas de las iglesias repicaron antes o a la misma hora en que el papa emérito dejó su papado, después de casi ocho años, debido a su falta de fuerzas para cumplir la misión de ser jefe de la Iglesia católica.





