A punta de raspaos. Así crió y educó a sus cuatro hijos Emilio Sánchez, quien a pesar de que en su niñez sufrió muchas adversidades, supo encontrar en la venta de raspaos un trabajo digno.
Su hija Aura Sánchez, de 33 años, está orgullosa de su viejo, por eso no le da pena agarrar la carretilla y salir a vender raspados cuando tiene un tiempo libre.
Ella es licenciada en archivología y está realizando la tesis de la licenciatura en bibliotecología. Además, labora en la Universidad de Panamá.





