Menos quedarse en casa. Se acercan las fiestas populares de los panameños los Carnavales, tiempo en el que las personas hacen de todo para participar del jolgorio; al punto de empeñar sus enseres personales o de la casa.

Objetos de gran valor como anillos de graduación, celulares, collares, neveras y hasta el tanque de gas, son algunos de los artículos que llegan a las casas de empeño.

Candelaria Arroyo admitió que por estas actividades los panameños son capaces de empeñar todo sin pensar en las compras de la escuela.

Un tramo largo. Casi una odisea viven muchos panameños al bajarse en la parada del Hospital Integrado San Miguel Arcángel, en San Miguelito, ya que si quieren cruzar al otro lado de la vía tienen que caminar las largas vueltas del puente elevado, para encima tratar de llegar a tiempo a la otra parada y abordar el transporte que los llevará a su destino.

A comprar se ha dicho. De poquito a poquito los panameños ya están en los diversos comercios comprando los útiles escolares, pues si no lo hacen, el golpe al bolsillo será duro. Así lo relató Francisca Guevara, quien en las últimas quincenas llega con $20.00 y se lleva unas cuantas cosas para sus dos retoños.

Ella tiene dos niños en primaria y dice que entre ambos se gasta $100.00 con un solo uniforme y sin zapatos, y eso que ha notado que este año los precios están más bajos.

Por más de cuatro horas, ayer las autoridades trataron de mediar con los bomberos, que desde el mes de diciembre exigen mejoras salariales, ascenso y mantenimiento a los cuarteles en el país.

En medio del diálogo se acordó instalar cuatro mesas de negociaciones; la primera se dará hoy, y en ella se discutirá el tema de los ascensos y la homologación. El mediador de la reunión fue el viceministro de Gobierno, Gustavo Pérez, quien dijo que velará para que se respeten los acuerdos de ambas partes.

“Queremos agua”. No es que los residentes de Altos de la Torre, San Miguelito, estén pensando en los Carnavales, lo que ocurre es que están enojados por la ruptura de dos tuberías, lo que los mantiene sin el vital líquido desde hace más de 15 días.

Juan Valencia, uno de los moradores, expresó que ante la falta de respuestas por parte de las autoridades, no le ha quedado de otra que convertirse en el plomero de la comunidad.

“Hagan lo que hagan no me devolverán a mi hija con vida”, era lo que decía llorando Isis Ábrego cuando la Fiscalía Auxiliar de la República realizaba el levantamiento del cuerpo sin vida de su hija Isabel Becerra, de 13 años, quien había desaparecido desde el domingo en horas de la mañana y fue encontrada ayer, desnuda y con dos puñaladas.

Quienes aún no salen del asombro son los familiares y amigos de Jairo Abelardo Beitía Morales, quien perdió la vida tras una riña tumultuaria en el distrito de Boquerón, en la provincia de Chiriquí.

Ángela Morales, madre de la víctima, cuyo cadáver fue retirado ayer de la Morgue Judicial, manifestó que su hijo no era una persona de problemas. Pidió justicia por su muerte.

Se espera que al mediodía de hoy se dé el último adiós a Jairo, en el cementerio comunal de Guayabal. Por este caso hay un detenido.

Está luchando. La niña Honey Palacio, de siete años, quien casi se ahoga el domingo en el río Pacora, sigue delicada, aunque ayer en la noche reaccionó y tuvo que ser sedada.

Se conoció que la menor de edad tiene agua en la cabeza y los pulmones, pero está estabilizada.

Son dos casos graves que se han dado en sector Este empezando el año, por lo que el Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc) aconsejó a los bañista a utilizar solo los ríos y playas en los que ellos tienen personal de rescate, aunque en circunstancias de urgencias llegan al lugar.

José Alberto Quiroz Mercado, alias “José Bolo”, de 30 años, fue asesinado en la calle 4 Justo Arosemena en Colón.

El crimen ocurrió a eso de las 11:45 p.m. del domingo. Un testigo dijo que Quiroz fue llamado por un sujeto, quien le disparó a quemarropa varias veces.

“No queremos ni estamos pensando en venganza y rencor”, dijo José Quiroz padre, quien pidió a Dios que haga su justicia. Admitió que sabía que en cualquier momento eso podía pasar, pero como padre le duele perder a un hijo, solo pide que las autoridades hagan su trabajo.

Ayer, en la Costa Abajo de Colón fueron encontrados 38 sacos de supuesta cocaína, cuyo peso ronda la tonelada.

La detección la hizo el Servicio Nacional Aeronaval (Senan), en medio de una inspección. Los sacos estaban dentro de una cueva construida por los narcotraficantes, quienes hasta el momento no han sido identificados.

En el área también se encontraron botas y otros artículos personales.