Duérmete niño, duérmete ya, esta canción parecía ser el arrullo para un indigente que daba vueltas en uno de los carros incautados de la Dirección de Investigación Judicial (DIJ), mientras dormía plácidamente sin que nada le robara la calma.
Su manta color blanco y pedazo de colchoneta azul eran los fieles amigos de este personaje, a quien no le importó que el incandescente sol empezara a alumbrar y que a un costado de su improvisado dormitorio un juego de fútbol diera inicio, pues era la hora de dormir y nada lo iba a detener.