Dos semillas estaban juntas, lado a lado, en la fértil tierra de la primavera. La primera semilla dijo:
- ¡Quiero crecer! Quiero impulsar mis raíces al fondo dentro de la tierra que está debajo de mí, y expulsar mis brotes a través de la corteza de la tierra que está sobre mí. Quiero desplegar mis tiernos brotes como banderas que anuncian la llegada de la primavera. Quiero sentir el calor del sol sobre mi rostro y la bendición del rocío matinal sobre mis pétalos. Y creció.
La segunda semilla dijo: