Roberto se enoja y grita a cada minuto, cree que su nuevo hermanito le ha robado la atención de sus padres. Él no puede tolerar que los padres acudan ante cada llanto del bebé y sencillamente, se siente "destronado".
Estos celos pueden ser reales (cuando los padres hacen comparaciones como: "tu hermanito hace bien su tarea", "tu hermanita duerme en su cuna") o imaginarios (cuando el niño(a) malinterpreta la intención de sus padres, hermanos o amiguitos).