Un niño acaba de ser descubierto en una mentira. Su padre, comprensivo y moderno, sabe que no es importante esa mentira, sino el concepto moral del mentir.
Por este motivo, el padre deja de hacer lo que estaba haciendo, se para frente al niño, y comienza a explicarle en un lenguaje sencillo por qué tiene que decir siempre la verdad: Hijo, no importan las consecuencias, las mentiras siempre traen problemas y acarrean más mentiras.