Residentes en la comunidad de Márgenes de Corotú, en el corregimiento de Puerto Armuelles, distrito de Barú, tienen más de 30 años de vivir sin luz ni carretera.

Los moradores están descontentos, sobre todo, porque esta comunidad se encuentran a treinta minutos del centro de Puerto Armuelles.

Sara Martínez, residente del lugar, expresó: “estamos esperando que este problema se resuelva, porque ya están los postes de luz puestos y aún falta el tendido eléctrico. Hace más de mes y medio que se instalaron los postes de luz y aún nada de luz”.

La supuesta venta de un espacio público de terreno mantiene preocupados a residentes y pescadores de Farallón en Antón, que según dicen es el único frente de playa que le queda a la comunidad, tras el “boom” del turismo que llegó a la región.

Javier Hernández, residente de Farallón, dijo muy molesto que si es necesario habrá muertos, porque ellos no van a permitir que nadie se apodere de esta única entrada publica a la playa, pues ya no quedan, y ahora ellos ven un asiático que está midiendo y hasta dando a conocer que ya es dueño de este sitio.

Dos establecimientos que se dedicaban a la venta de licor sin estar autorizados para ello, fueron clausurados por el Ministerio de Comercio e Industrias tras comprobarse que operaban al margen de la ley.

Los comercios venían funcionando, uno en Arraiján, y el otro en San Carlos.

Los inspectores del MICI han realizado 238 inspecciones de negocios dedicados al expendio de bebidas alcohólicas en el Oeste y sólo 35 mantienen sus papeles en regla.

Mientras la catedral San Juan Bautista de Penonomé se cae poco a poco, el recién creado Comité Pro Reparaciones solicita apoyo de los penonomeños, pues la inversión para llevarlas a cabo supera los 50 mil dólares.

El comité se reunió con el obispo de la diócesis de Penonomé, monseñor Uriah Ashley, para buscar una alternativa y recaudar los fondos para las reparaciones que requiere la catedral.

A orillas de la vía Santa Elena, Parque Lefevre, hay un parque lleno de basura y en total abandono. Los moradores hacen un llamado a las autoridades para que se acerquen al lugar y limpien el parque. / Foto: HERMES GONZÁLEZ

Un poco antes de que la humanidad existiera, se reunieron varios duendes para hacer una travesura. Uno de ellos dijo: “Debemos quitarles algo, pero ¿qué les quitamos?”. Después de mucho pensar, uno dijo: “&162;Ya sé!, vamos a quitarles la felicidad, pero el problema va a ser dónde esconderla para que no la puedan encontrar”. Propuso el primero: “Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo”. A lo que inmediatamente repuso otro: “No, recuerda que tienen fuerza, alguna vez alguien puede subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán donde está”.

“Si deseas que tus sueños se hagan realidad, ¡despierta!”.

Ambrose Bierce

Corría el año 1979 cuando conocí a Fifi en la Universidad de Panamá. Así le llamábamos a Tilcia Itzel Góndola.

Era una morenaza alegre y dicharachera, a la que siempre veía en compañía de sus dos grandes amigas, Avelina Rodríguez y Venus Ungo.

Hice amistad con todas ellas y un buen día, Fifi me invitó a su casa. Eso sí, me hizo una advertencia: no subas sola, yo te espero en las escaleras.

¿Dónde vivía en ese entonces? Nada menos que en los multifamiliares de Santa Cruz, en Curundú.

Estudiantes de escuelas de San Miguelito y Panamá explican la importancia de reforestar y envían un mensaje a las autoridades para que cuiden el medioambiente.

Es un trabajador incansable. Adrián Adames, oriundo de Santiago, La Peña, a sus 54 años es un hombre echa’o pa’ lante.

Trabaja desde los 17 años, pues como dice, sus padres le enseñaron a ganarse por él mismo las cosas.

Aunque trabajó como empleado de un taller durante casi 20 años, ahora que tiene su negocio propio, se siente totalmente realizado.

Adames tiene su propio negocio de venta de repuestos, llantas, accesorios para autos, todo lo que su auto necesita, allí lo puede encontrar, se llama AUTO PARTES ADAMES.