Caminos peligrosos. Ayer, DIAaDIA publicó sobre el peligro al que se exponen las personas al cruzar la frontera entre Colombia y Panamá en busca de un mejor futuro para su familia. Se presentó el caso de una familia colombiana que se atrevió a desafiar la naturaleza, la selva y la cordillera que separa ambos países.

Esa selva guarda en silencio las tragedias que viven hombres, mujeres y niños invisibles no solo a causa de los ríos caudalosos, las lluvias o animales salvajes, sino de quienes usan ese territorio como guarida para el narcotráfico.

Oportunidad. En Panamá hay unos 2262 refugiados, de esos 800 están en Darién y 1400 en Panamá y el resto del país, informó Fernando Protti Alvarado, representante regional de la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Refugiados.

Alvarado explicó que a las personas que tienen la protección de ser refugiado se les ofrece la no devolución al país del que vienen. “Ellos no salen por placer, sino por temores fundados de persecución, amenazas, su religión y en algunas ocasiones su estado no les puede brindar protección”, afirmó.

Su salud está en riesgo. Desde las 6:30 a.m., en la 5 de Mayo se puede observar a Cristian García, de 43 años, limpiando las calles para darle un mejor aspecto a la ciudad; él es consciente de que está expuesto a enfermedades todos los días al trabajar con la basura, pero es el oficio con el que puede llevar el sustento a su hogar.

Los panameños se quejan cuando las denominadas “hormiguitas” no pasan a recoger la basura, se ignora que es un oficio peligroso para la salud el que ellas realizan.

Les cayeron en pandilla. Por intervenir en una riña entre dos ciudadanos indígenas contra tres latinos cerca del centro de salud de la comunidad de Jaqué, en la provincia de Darién, unidades del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) fueron atacadas por residentes que presenciaban la pelea.

La riña tumultuaria se originó cuando los uniformados, que conducían a dos indocumentados cubanos para recibir atención médica, intervinieron en un pleito para separar a los contendientes.

Castigo. Cinco estudiantes de la Universidad de Panamá (UP) fueron expulsados definitivamente por la golpiza al camarógrafo Víctor Acosta, de Relaciones Públicas de esa entidad, hecho ocurrido el pasado 30 de mayo.

El Consejo Académico de esa casa de estudios superiores decidió ayer la expulsión de cinco de los ocho estudiantes involucrados en el incidente. El órgano de gobierno universitario decidió eximir de culpa a uno de los estudiantes, pues estuvo en el escenario de los hechos pero no participó en la agresión.

Minisúperes y abarroterías sin aviso de operación, locales turísticos sin la certificación de la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP), entre otras anomalías, encontraron en la provincia de Herrera inspectores del Ministerio de Comercio e Industrias.

Federico Guardia, titular de la entidad, mencionó el caso de un local con anuncios de un restaurante pero que al ser revisado por las autoridades se encontró una veintena de cajas de cerveza y una nevera llena de ellas listas para la venta, así como consumidores refrescándose con esta bebida.

Fuera de circulación. Un nuevo cargamento de drogas fue incautado en playa Reina en Mariato, provincia de Veraguas, por unidades del Servicio Nacional Aeronaval.

Los 25 kilos de cocaína estaban escondidos para, presuntamente, llevarlos a otro lugar. No hay detenciones por este caso.

En la comunidad de Llano de Catival de Mariato, los habitantes aducen que las carreteras, puertos, ríos y esteros siguen siendo usados por traficantes de armas y drogas por las facilidades que se tienen en esa región.

Gran susto. Silverio Rodríguez, de 30 años, conductor del camión marca Mack con placa 485945, se salvó milagrosamente, luego de que el vehículo se volcara próximo a la Quebrada López, en el corregimiento de Sabanitas, en Colón.

El accidente ocurrió ayer a eso de las 10:30 a.m., cuando el camión transportaba piedras hacia el área de la ampliación del Canal de Panamá, en Gatún.

¡Abuela, abuela, mataron a mi mamá! fue el llanto desgarrador de un niño de nueve años, quien por gracia de Dios huyó de su padrastro para pedir ayuda al ver que le pegaban a su madre.

Minutos antes de la escena del crimen, Yasirelis Maruquel Hernández Díaz, de 31 años, le pidió a su hijo mayor de 15 años que se fuera de la casa, debido a la discusión, por lo que se quedó con su cónyuge y sus otros vástagos de nueve y tres años.

El costarricense Douglas Eduardo Barahona Rosales, de 33 años, fue detenido ayer en el sector de Paso Canoas, por estar presuntamente vinculado en un caso de violación en perjuicio de una menor de 16 años.

La captura del tico se dio tras ser verificado mediante el “Pele police” en el área comercial y comprobar que mantenía una orden de detención por el delito contra el pudor y la libertad sexual en perjuicio de una menor de edad, por lo que fue trasladado hasta la sede del Ministerio Público en David, donde se le sigue el proceso judicial.