Dios bajó al mundo disfrazado de pordiosero y se encontró con un zapatero, y le dijo: - ¿Tú podrías ayudarme? Estoy descalzo, no tengo zapatos, si tú me hicieras el favor.
El zapatero lo interrumpió y dijo: -Ya estoy cansado de que todos vengan a pedir y nadie a dar, necesito dinero.
Dios dijo: - ¡Yo puedo ayudarte!
El zapatero, dudando del mendigo, le dijo: - ¿Tú podrías darme el millón de dólares que necesito para ser feliz?
El pordiosero le respondió: -Yo te puedo dar eso y más. Puedo darte un millón de dólares a cambio de tus brazos.