Dioselina, madre de la víctima, trata de tener fuerzas para salir adelante, pues la pérdida de su segundo de cuatro hijos no la deja tranquila.
"Nunca le pude dar un beso de despedida a mi hijo, pues cuando llegué al hospital ya lo habían metido al carro fúnebre", dijo Dioselina mientras sostenía un retrato del muchacho.