Hace más de una década que el vidrio es el rey de las ciudades, y en la República de Panamá refleja su orgullo en cada torre que se levanta. Por algún tiempo fue enemigo de la sensación térmica, de la facilidad de su deslizamiento y del ahorro energético, sin embargo, ahora además de ser aislante térmico y acústico, tiene nueva dualidad: puede ser ligero para deslizar y pesado para asegurar.
"Las consecuencias del cambio climático nos han llevado a replantearnos el uso del vidrio en las oficinas de nuestros ambientes laborales porque las ventajas o desventajas que pueda generar este material se convierten en un alterador -para bien o para mal- de la calidad del ambiente laboral y de la productividad", aseguró Francisco Altirriba, presidente de Alufactory, grupo y experto en arquitectura.
Altirriba manifestó que "el mercado está apostando por una mejor planificación urbanística y, por ello, cada vez se busca con mayor empeño la eficiencia de los elementos arquitectónicos" y citó, por ejemplo, el uso del sistema elevable en puertas corredizas en las oficinas, lo cual permite usar el vidrio de acuerdo con las necesidades de los ambientes.
