Cálidas y curativas
En medio de un clima en total contacto con la naturaleza y una carretera de piedra, cientos de turistas a diario emprenden un recorriendo de 5 kilómetros hasta llegar al puente sobre el río Chiriquí, en el distrito de Gualaca, para luego caminar 2,000 metros hasta donde se encuentran los pozos termales de Paja de Sombrero, que son un tremendo atractivo turístico para extranjeros y nacionales.
Son cuatro pozos cálidos, considerados por los lugareños y turistas como una valiosa riqueza natural que posee la comunidad, y que día a día es la mayor atracción de las personas que viajan desde otros lugares y países para sumergirse en las aguas curativas.
Patricio Ortiz, guía de turismo, quien tiene seis años de llevar a extranjeros al sitio de los pozuelos, cuenta que diariamente concurren alrededor de 50 turistas al área, desde diciembre hasta marzo, donde por medio de diversas empresas están tratando se explotar el ecoturismo que caracteriza la región por la biodiversidad de especies que existen, como monos arañas, pavos reales y búfalos de agua.
Annite Stual, oriunda de Alemania, manifiesta que la temperatura de estas aguas es muy relajante, y fue con la intención de aliviar fuertes dolores en la pierna. Sabemos que con este tipo de terapia y por los poderes curativos que poseen, no pierdo la esperanza de aliviar mis males.
Al salir ella de las cálidas aguas, se sintió aliviada y complacida.
Estos pozos termales se encuentran ubicados dentro de una finca privada donde se le cobra a cada turista dos dólares para entrar y sumergirse en ellos.
Esa cuota se utiliza para darle mantenimiento a todo el sector y adecuarlo para la cantidad de visitantes que disfrutan del atractivo sitio turístico en el distrito de Gualaca.