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En honor a Sullivan
Joany De GraciaDías atrás el Despacho de la Primera Dama inauguró en Panamá el primer centro para autistas que lleva el nombre de Ana Sullivan, una mujer estadounidense que pese a sus infortunios logró vencer la pobreza, la orfandad y su ceguera.Para ayudar a los niños ciegos, aprendió a manejar el sistema Braille.Sullivan fue la maestra de Hellen Keller, una niña sorda y ciega, a quien logró transformar en un ser humano útil y normal.Pacientemente le deletreó palabras en la palma de la mano hasta lograr enseñarle a leer, escribir y hablar.Cuando Hellen fue a la universidad, la maestra Sullivan la acompañó para deletrearle y escribirle en su mano las palabras que pronunciaban los profesores y le leyó muchos libros, pese a que casi no veía.Pase lo que pase empieza de nuevo, le decía Sullivan a Hellen.Cada vez que fracases vuelve a empezar, le reafirmaba.En su diario, Hellen la describe como una gran mujer, mi maestra jamás ponía restricciones para alcanzar la perfección.Diariamente sus pobres ojos se esforzaban para vigilar que mis labios y maxilares se movieran correctamente.La personalidad de mi maestra estaba dotada de tantas virtudes y de una fuerza comunicativa tan grande, narra Hellen Keller en su diario.Ana Sullivan fue una de las primeras en comprender el daño que ha causado a los ciegos la actitud de lástima y aislamiento con que se les mira.Ella consideraba a los ciegos como seres humanos con derecho a la educación, recreación y trabajo.Realmente es un honor para Panamá contar con este centro que lleva el nombre de tan noble mujer.
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