sincategria -
¿Ser humano o simple robot?
Elizabeth Muñoz/Directora /elizabeth.munoz@epasa.comLa pregunta sale sobrando.Son estudiantes, seres humanos, con defectos y virtudes, con comportamientos distintos y con caracteres distintas.Sin embargo, tal parece que aquellos que no siguen estrictamente las reglas, que su hiperactividad no les permite estar sentados más de seis horas dentro de un aula o que, simplemente, son inmaduros, deben salirse de la escuela porque nadie parece querer atenderlos.Escuchaba a una madre quejarse de que su hijo, que es un buen niño, pero indisciplinado y distraído, presenta problemas en su escuela porque una de sus maestras se niega a prestarle la debida atención con la excusa de que es un trabajo extra.Que lo atienda otra, aduce.Esa madre, que es supremamente abnegada y se preocupa por cumplir con la más mínima recomendación de psicólogos y paidopsiquiatras, ha llegado al extremo de desconectar la televisión y de quitarle toda diversión y entretenimiento a su hijo, como castigo por su comportamiento.Pese a ello, no ve resultados.Ese niño vive en un hogar bien constituido, donde cada padre (ambos profesionales) se esmera por cumplir debidamente con su papel de guía y orientador de sus vástagos.Y la pregunta es: ¿qué hace un padre o una madre en esas condiciones? Ya no se puede apelar a la vocación del docente, tomando en cuenta que está en peligro de extinción.En mi época de escuela, ese estudiante era un reto para el maestro, que luchaba por sacarlo adelante y convertirlo en un triunfador, junto con sus padres.Hoy es mucho pedir.Yo apelo a que en cada escuela, pública y privada, haya un gabinete psicopedagógico que cumpla con su papel, que no esté de adorno y que sea coordinado por profesionales con vocación de servir y no por agentes disciplinarios que todo lo que hacen es castigar y señalar con dedo acusador.Así no funciona, porque un niño o adolescente es un ser humano y no un robot que sigue órdenes.
Etiquetas