Oscar Pistorius lloró a gritos mientras testificó ayer en su juicio por asesinato, lo que obligó al tribunal a decretar un receso cuando el corredor con las piernas amputadas describía los momentos tras darse cuenta de que había disparado a su novia Reeva Steenkamp por la puerta de un baño de su casa, el 14 de febrero de 2013.
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