Desde la infancia, los bebés aprenden al ver a su madre, si ella sonríe, intentarán copiar su sonrisa. La madre es el espejo del niño y a medida que este va creciendo, se apoyará en ella y desarrollará confianza, para luego expresarla con los demás.
A medida que van creciendo, van imitando los rasgos más esenciales de sus padres, de algún miembro de la familia o de alguno de sus pares. Por ejemplo, repiten las mismas palabras, así que cuide el léxico y maneje un vocabulario adecuado, libre de las llamadas palabras sucias.
Vigile también la forma de comer, practique buenos hábitos alimenticios; cuide su forma de vestir.
A la mayoría de los niños les gustaría y quisieran ser algún día como sus padres, empiezan a jugar con su ropa, maquillaje, zapatos. Enséñeles que para todo hay un momento y un proceso que deben seguir en el transcurso de su vida.
Inculque en ellos la importancia de decir la verdad, así que cuando contesten el teléfono, evite obligarlos a decir que no está cuando sí está. Los niños imitan la forma de contestar el teléfono. Preste atención a las conductas inadecuadas, mantenga buenos patrones de crianza y establezca modelos adecuados de imitación.
