Como resultado de ser criado por padres protectores, muchos niños se convierten en rebeldes que se niegan a recibir órdenes de nadie.
Esto podría hacer que se conviertan en adultos obstinados que tienen problemas, que no se ajustan a las normas de su trabajo o sociedad.
Recuerden que nunca deben ser padres sobreprotectores; de lo contrario, su hijo sufrirá.
Como resultado de la crianza sobreprotectora, el niño que tiene una baja autoestima y que teme tomar riesgos, puede vivir toda su vida en un rincón seguro. Él nunca intentaría hacer nada que no esté familiarizado, pues parecerá inseguro para él.
Desde hoy, permita que el niño explore su mundo.