Elógielo cuando no lo use, que solo lo use en la noche y prepárelo para que lo vaya dejando.
Ramiro Campos
Patólogo de Audición y Lenguaje
CIAES UDELAS Teléfono: 501-1070
Para una correcta articulación de los fonemas, es necesario que el niño tenga una cavidad oral normal, es decir, con las arcas dentarias bien estructuradas.
Los chupetes pueden hacer que el bebé se acostumbre a respirar por la boca, alterando la producción de los sonidos. También provoca una alteración de la mecánica deglutoria, lo que ocurre porque el bebé que se amamanta desarrolla la musculatura responsable por los movimientos de succión, deglucion y respiración.
No obstante, los que usan el biberón no hacen esfuerzo para alimentarse mediante la leche.
Los fabricantes de chupetes y biberones están obligados a alertar al consumidor sobre los problemas causados por el uso del producto, que debe llevar una etiqueta con una advertencia: El niño que se amamanta no necesita de biberón o chupete.
La costumbre de chuparse el dedo es un hábito muy extendido, lo practica aproximadamente entre el 60 y el 80% de los bebés. Esa sensación de estabilidad que genera tener el dedo en la boca, que les ayuda cuando tienen hambre o cuando tienen sueño, es la razón por la que muchos padres promueven el hábito, sin ser conscientes de que, en algunos casos, esto se puede convertir en algo perjudicial para la salud del niño una vez crezca.
Chuparse el dedo
La diferencia entre los modernos sistemas anatómicos de los chupetes y el dedo se basa sobre todo en la presión que ejerce el dedo contra el paladar y los dientes, capaz de crear malformaciones en la boca. Cuando el bebé no pierde el hábito, con los años suele intensificarse la presión que ejerce, generando malformación en los dientes (muy separados y hacia afuera) y daños en la estructura de la boca, que pueden dar lugar a un trastorno del habla.
La limpieza
Cuando limpien el chupete, revísenlo para asegurarse de que está firmemente unido al mango y que no se esté deteriorando.
Reemplacen el chupón tan pronto empiecen a mostrar signos de desgaste. Un biberón en el cual la leche se sale disparada o se rompe, puede representar un peligro de asfixia a su hijo.