Los hisopos son el mayor enemigo para la salud de los oídos, ya que son los responsables de ciertas patologías auditivas, pérdidas de audición, heridas, infecciones y perforaciones.
También se desaconseja presionar la cera hacia dentro introduciendo útiles punzantes como uñas, bolígrafos u horquillas. Con esas prácticas sólo se consigue introducir suciedad, provocar infecciones y presionar la cera hacia el interior.
¿Qué hacer?
Limpia suavemente el conducto auditivo externo (oreja) 2 ó 3 veces por semana con una gasa o una toalla fina.
Para limpiarse el oído basta con mojarlo en la ducha.
Visita al Otorrinolaringólogo al menos una vez al año o si notas una pérdida en tu capacidad auditiva.
Te referirá a un examen de agudeza con un fonoaudiólogo.