El tercera base dominicano Rafael Devers pegó cuadrangular de tres carreras en la parte alta de la sexta entrada y los Medias Rojas de Boston vencieron a domicilio por 1-4 a los Astros de Houston en el quinto partido de la Serie de Campeonato de la Liga Americana que ganaron por 4-1 al mejor de siete.
La victoria de los Medias Rojas les permite volver a la Serie Mundial por primera vez desde el 2013 y la jugarán contra el campeón de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional que disputan los Cerveceros de Milwaukee y los Dodgers de Los Angeles, con ventaja para el equipo californiano por 3-2.
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Los Medias Rojas, sin importar qué equipo de la Liga Nacional consiga el pase a la Serie Mundial, tendrán la ventaja de campo en el "Clásico de Otoño" después de que en la temporada regular acabaron con la mejor marca de las mayores al conseguir 108 triunfos.
Mientras que los Astros, que defendían el título de campeones de la Serie Mundial, que el año pasado ganaron por primera vez en su historia, quedaron eliminados.
El abridor zurdo David Price (1-0) se quedó con la victoria después de trabajar seis entradas completas con tres imparables espaciados, sin carreras, no dio bases por bolas y abanicó a nueve bateadores rivales.
El cerrador Craig Kimbrel, tercer relevista que utilizó el manejador de los Medias Rojas, el puertorriqueño novato Alex Cora, se encargó de sacar los tres últimos "outs" del partido con dos ponches monumentales y una base por bolas para asegurar la victoria y quedarse con el rescate, el tercero de la serie.
Mientras que la derrota fue para otro veterano, el derecho Justin Verlander (1-1), quien también estuvo seis episodios completos en el montículo y fue castigado con siete indiscutibles, incluidos dos cuadrangulares, dio dos bases por bolas y sacó cuatro ponches.
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Antes que llegase el cuadrangular decisivo de Devers (1), que se fue de 4-1, el bateador designado de origen cubano y exjugador de los Astros, J.D. Martínez (1), que tuvo de 3-2 con anotación e impulsada, también botó la pelota fuera del parte ante Verlander en la parte alta de la tercera entrada, sin corredores en circulación.
El partido disputado en el Minute Maid de Houston tuvo una asistencia de 43.210 espectadores.
