Luego de más de cinco décadas de funcionamiento, fue cerrado de manera definitiva el vertedero municipal de Macaracas, considerado uno de los focos de contaminación más graves en la provincia de Los Santos.
El sitio, ubicado en el corazón de la reserva forestal El Colmón, afectaba directamente los ríos Estivaná y La Villa, vitales para el ecosistema y el consumo humano en la región de Azuero.
El cierre fue encabezado por el ministro de Ambiente, Juan Carlos Navarro, quien colocó personalmente el candado y la cadena en el portón principal del lugar.
“Con este acto se cierra ya este vertedero, se cierra ya", afirmó Navarro.
Durante 50 años, el vertedero funcionó a cielo abierto, generando lixiviados y desechos sólidos que impactaron negativamente en los suelos, el aire y, sobre todo, en las aguas del río Estivaná, uno de los principales afluentes del río La Villa. Diversas denuncias de residentes, estudios técnicos y llamados de organizaciones ambientales coincidían en que el sitio representaba una amenaza seria a la salud pública y al medioambiente.
Su contaminación proviene, según se informó, no solo del vertedero, si no de otras actividades como agrícolas y pecuaria, así como desechos orgánicos sin tratar provenientes de una barriada.
Como parte de la medida de cierre, el Ministerio de Ambiente informó que los residuos que genere el distrito de Macaracas serán distribuidos temporalmente entre vertederos autorizados en otros municipios de la provincia, mientras se definen nuevas estrategias de gestión integral de desechos para el distrito.
El cierre también contempla una fase posterior de recuperación ecológica del área, que incluirá limpieza del terreno, restauración del bosque seco tropical y monitoreo de fuentes hídricas.
Vecinos del área expresaron su respaldo a la decisión. “Por años convivimos con los malos olores, la contaminación y los riesgos para nuestra salud. Que se cierre es un gran logro para el pueblo y para la naturaleza”, comentó una residente.