Rolando López, exjefe del Consejo de Seguridad Nacional (CSN), durante el gobierno de Juan Carlos Varela, fue calificado por la testigo Betzaida Quintero, "como el más malo de todos", durante el proceso de fabricación del caso de los supuestos pinchazos telefónicos.
La testigo, quien fue miembro del CSN del año 2009 al 2015, narró cómo ella y sus compañeros fueron objeto de violaciones a los Derechos Humanos por parte de López y el excomisionado Jacinto Gómez, una vez llegó el expresidente Varela al poder. Esto, con el único objetivo de vincular al expresidente Ricardo Martinelli, con este caso, indicó la testigo.
Fueron muchas las presiones a las que Quintero fue sometida por estos exfuncionarios, al punto que contó con nostalgia cómo producto de esto perdió un hijo.
"A mí por tres meses me tuvieron encerrada en un edificio blanco más grande que este, sin ningún tipo de funciones; esto solo porque yo no manifesté lo que ellos querían que yo dijera", explicó la testigo ante el nerviosismo del fiscal Ricaurte Vásquez, el cual constantemente movía su pie izquierdo.
"Ese edificio era grande, estaba a un costado de la oficina de operaciones. Ese edificio estaba vacío, solo tenía un sofá, no saben cuántas veces lloré en ese lugar, con miedo de perder mi trabajo", enfatizó la testigo en forma agobiada, recordando las torturas que vivió.
Quintero narró que las presiones a las que fueron sometidos tanto ella, como sus compañeros que laboraban en el Consejo de Seguridad en el gobierno de Martinelli, iniciaron apenas entró la administración de Juan Carlos Varela.
"Me tocó ver a mis compañeros cómo los dejaban todo el día allí y constantemente los llevaban a la oficina de Jacinto Gómez y les hacían preguntas sobre el caso pinchazos", expresó.
Al ser cuestionada sobre quién era la persona que le hacía las preguntas cuando eran interrogados, Quintero de forma puntual contestó que era la exprocuradora Kenia Porcell, quien para ese tiempo era abogada y laboraba en esta institución.
En forma triste, la testigo explicó que incluso algunos de sus compañeros fueron "botados".
18
La testigo señaló que en sus 18 años de carrera es la primera vez que un cabo de la policía era nombrado en un puesto tan importante, ya que el mismo era exclusivo para comisionados y subcomisionados.
Seguido, Quintero narró cómo después de dicha entrevista, el testigo protegido fue nombrado con un alto cargo en la Organización de Estados Americanos OEA, en Washington, Estados Unidos, algo que supo porque apareció en la Orden General del Día de la Policía Nacional.