Hace unos días, conversando entre amigos, uno me decía que leer la biblia era complicado y que cada quien la leía a su propia conveniencia. Muchas veces es así, porque el ser humano siempre va a buscar lo propio.
Sin importar de qué religión seas, siempre buscaremos la manera en la que podamos encontrar aprobación acerca de nuestros actos, es difícil ver que la humanidad sea capaz de seguir las leyes de un gobierno; ahora más difícil será hacer que la humanidad siga las leyes celestiales.
Siempre andamos en búsqueda de ese algo que nos llene, ya sea material o espiritual, al punto que se torna una búsqueda incansable y muchas veces se basa en que nosotros mismos queremos tener el control sobre todas las cosas, nos cuesta aceptar que hay un ser supremo que nos creó y que su hijo nos dejó un último mandamiento que no hemos sido capaces de cumplir: améis los unos a los otros (Juan 13:34).
Pero, ¿cómo podemos cumplir este último si ya antes se nos habían entregado otros 10 que tampoco hemos podido cumplir al 100%? No nos gusta vivir bajo reglas, nos creemos autosuficientes en todo, pero nunca analizamos los errores que cometemos y no hemos aprendido a vivir por las experiencias de los demás y hasta que nos sucede algo, entonces decimos que aprendemos. ¿A lo bruto sí funciona?.
Dios nos deja un libro lleno de buenas direcciones que hoy en día muchas personas lo ven como un libro de restricciones, ¿por qué? Por el libertinaje, porque es más fácil crear nosotros mismos nuestras propias filosofías acerca de cómo llevar nuestro caminar en esta vida, que aceptar una dirección de un ser invisible que realmente quiere un bienestar para nosotros solo porque no lo vemos. De igual manera sucede con la biblia. ¿Cómo podríamos comprender un libro que no nos sentamos a leer a diario? Así mismo cómo comprenderemos o pretendemos conocer los planes de Dios o el porqué de las cosas que hace Dios, si no nos metemos a tener una relación real con Él. Sólo yo sé los planes que tengo para ustedes. Son planes para su bien, y no para su mal, para que tengan un futuro lleno de esperanza. (Jeremías 29:11) No podemos caer en el laicismo (excluir la influencia de religión o la iglesia en la vida pública), necesitamos mantener a nuestra sociedad cerca de Dios de alguna manera y esta es a través de la biblia y sus direcciones.
Tratemos de acercarnos más a Dios ya que Él se acercó primero a nosotros a través de su Hijo Jesús. El que no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es amor (1Juan 4:8).