Si hay una provincia que mezcla cultura, alegría, glorias, riquísimas comidas y un pueblo pintoresco esa es Colón.
Desde niña he aprendido que de lo malo hay que siempre resaltar lo bueno, que el origen no limita nuestro futuro. Ciertamente Colón es una provincia que necesita mucho apoyo en infraestructura, educación, salud, mejores oportunidades -en especial para los niños y jóvenes- pero somos una tierra donde todos nos conocemos, en la que en cada esquina hay música con esa alegría que nos caracteriza. Donde quizá no hemos despertado y no nos percatamos de que somos "ricos" en muchas cosas que no tienen un valor económico, como nuestras playas, la inmensa flora y fauna que nos rodea, nuestros bailes y una gastronomía sinigual.
Pero lo que sí tiene un colonense es ese sentido de competitividad, de querer dar lo mejor y destacarse, con el propósito de quitar ese estereotipo de que todo lo que viene de Colón es malo. Porque eso no es cierto, Colón alberga muchas glorias en todos los campos, el deporte, la música, cultura, educación, porque si hay un pueblo donde Dios se dio gusto dándole talento fue precisamente en la tierra que me vio nacer y crecer mi querido C-3.
Siempre que tengo la oportunidad digo soy "orgullosamente colonense" porque mi provincia me llena de alegría, decir que eres de Colón es demostrar que somos más que la mala imagen que muchas veces se enseñan en los medios de comunicación, que somos más que una estadística de violencia, que hemos sido parte activa en la historia de nuestro país. No hemos sido solo espectadores, nosotros hemos hecho historia.
Hoy 5 de noviembre, una fecha crucial, ya que un día como hoy en 1903, gracias a las acciones realizadas en la provincia de Colón por hombres como Porfirio Meléndez, Carlos Clemant, entre otros valientes, se termina formalmente con los lazos que unían al país a Colombia y es que Colón es un pueblo luchador, que no tiene miedo a defender sus propios derechos ni los de su país y así ha sido demostrado.
Colonense, por nuestras venas corre la alegría y sabor, ese espíritu de superación que es el motor para seguir adelante. Que pese a las dificultades y carencias nos permite seguir siendo positivos y es que no hay nada mejor que decir "Yo soy de Colón buay" .