Eran más de 16 estudiantes infiltrados quienes con la ayuda de los aguiluchos empujaban un auto para agredir a la Policía Nacional. En medio de la euforia, residentes cercanos al colegio hicieron sentir su malestar, pues las piedras y otros químicos utilizados para el revuelo les está afectando. Al final, cuatro de ellos fueron llevados a la subestación de San Cristóbal.
La viceministra de Educción, Mirna de Crespo, dijo que se requiere el aporte de toda la sociedad y una estrategia para manejar la conducta de los alumnos.