Vivió y murió por el pueblo. Esas son las acciones más fuertes que un ser humano puede hacer por otro ser humano, pero no es una persona cualquiera, es Jesucristo, hijo de Dios, que creció en el seno de María Virgen, que caminó en la tierra y predicó el mundo.
La Semana Mayor es la conmemoración de la vida, muerte y resurrección de Jesucristo.
Todo comienza el domingo de ramos, que es el primer día de la Semana Santa, en donde explica el padre César Augusto Gutiérrez, párroco de la basílica Don Bosco, que Jesucristo llegó a Jerusalén como un rey, pero un rey humilde y montado en un burro, las palmas eran agitadas por el pueblo al momento que Cristo entraba, es ahí donde empieza el momento de la celebración de la fe católica.
Todos los pasos que hizo Jesucristo en sus últimos días de vida se encuentran en el evangelio, enmarca el sacerdote Gutiérrez que la Iglesia lo que hace es actualizarlos para que se recuerden entre los católicos.
Lunes Santo: Se recuerda la visita de Jesús a sus amigos, entre ellos Lázaro, que resucitó entre los muertos y sus hermanas Marta y María.
Martes Santos: Jesús anticipa la traición de Judas a los discípulos.
Miércoles Santos: Judas vende a Jesús por 30 monedas de plata.
Jueves Santo: En la noche que iba ser entregado instituyó la eucaristía, se quitó el manto y se puso a lavarle los pies a los discípulos.
Viernes, Sábado y Domingo son los días más imponentes en esta conmemoración de la fe cristiana, que entre ellos forman el Triduo Pascual.
Son los días más importantes de la Semana Mayor, en donde se une la pasión y la victoria del Señor Jesucristo.
Cada día es representativo de lo que vivió Jesucristo.
El Viernes Santo es el día de pasión y muerte del Señor, y del ayuno pascual como signo exterior de participación en su sacrificio, se celebra el vía crucis, no se realiza la eucaristía.
El Sábado Santo es un día de luto inmenso, de silencio y de espera vigilante de la resurrección. La Iglesia en particular recuerda el dolor, la valentía y la esperanza de la Virgen María con la celebración de laude y los dolores de la madre.
El Domingo de resurreción es la fiesta por que el Señor vive, pues ha resucitado.
Los creyentes y feligreses tienen que acercarse a la Iglesia, participar en la eucaristía, procesiones y estar conscientes de que estos días son muy importantes para los católicos.