El polémico candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, es todo un genio de la inteligencia emocional que se las ha ingeniado para seducir a millones de votantes en EEUU, pero su lenguaje destructivo lo convierte en un héroe negativo, según el experto y académico español Pablo Álamo.
Lo esencial de la inteligencia emocional es la capacidad de conectar con la emoción del otro. Y él es un genio al haber leído la emocionalidad de una parte de la población americana y adaptar su discurso para conectar con esas personas, afirma Álamo, profesor de la Universidad Sergio Arboleda de Bogotá, en una entrevista con Efe.
Trump es un genio para leer el sentir de la gente, insiste el experto acerca de un candidato que nunca ha ocupado un cargo político y que dio la sorpresa al ganar la nominación presidencial republicana con una cifra récord de más de 14 millones de votos.
Esa es una de las conclusiones a las que llega Álamo, especialista en coaching y estudioso del liderazgo aplicado a las organizaciones, en el libro El fenómeno Trump, escrito al alimón con la consultora política y periodista colombiana Diana Castañeda.
Redactado con prosa ágil, el libro disecciona en algo más de 200 páginas la personalidad del magnate neoyorquino a partir de entrevistas a más de cien expertos y la aplicación de la metodología DISC, que evalúa el comportamiento humano en función de cuatro factores: determinación, influencia, serenidad y concienzudez.
Según el experto español, de visita en Washington para promocionar el libro, el liderazgo de Trump responde a un estilo con una altísima determinación. Es una persona muy orientada al resultado y que prioriza el resultado más que cualquier otra cosa.
Ese perfil se sostiene en una serie de fortalezas que, en el caso del multimillonario, se traducen en ser un hombre de acción con una voluntad de hierro y una confianza en sí mismo, que no se rinde fácilmente.
También juega a favor del aspirante republicano su autenticidad en un mundo profundamente hipócrita (...) acentuado en sectores como la política, donde la comunicación directa de Trump, alejada de los eufemismos, llega mucho a la gente.
Sin embargo, el magnate inmobiliario, que ve a EE.UU. en decadencia y ha prometido hacer grande de nuevo al país, padece debilidades, como volverse brusco y poco diplomático en una situación de estrés, un rasgo típico de los llamados líderes determinantes.
En cualquier caso, Álamo considera a Trump un líder ganador, aun si pierde las elecciones del próximo 8 de noviembre frente a su rival demócrata, la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, como actualmente vaticinan las encuestas de intención de voto.
Incluso en la derrota -explica-, saca una ganancia, un aprendizaje, el impulso para intentarlo de nuevo. Los perfiles con altísima determinación, como los de Trump, no aceptan la derrota. Él sacará alguna ganancia de la derrota. Creo que es un ganador nato.
En el libro, publicado recientemente por la editorial Intermedio, no falta un análisis del carácter polémico del empresario, quien suele aliñar su discurso demagógico con insultos a grupos como las mujeres y los inmigrantes y, por si fuera poco, a su propio partido.
A juicio de Álamo, ese lenguaje destructivo convierte a Trump en un héroe negativo, porque no te inspira a ser mejor persona.
Un líder -arguye- tiene que ser, de alguna manera, un héroe. No tiene que ser el mejor, ni el más fuerte, pero sí tiene que ayudar a otros o inspirar a otros a ser mejores y a ser más fuertes. Un líder que va sembrando emociones negativas y miedos para luego decir yo soy la solución a todo eso (...) es un héroe negativo.
Preguntado si Trump supera a Clinton como líder, el especialista contesta que el multimillonario es un líder mucho más fuerte que la ex secretaria de Estado, si la esencia de un líder es tener seguidores y la capacidad de transformar la visión en realidad.
Una buena parte de los seguidores de Hillary -asegura- son gente que no le sigue, que están votando por el miedo a la alternativa, que se llama Donald Trump, pero no se sienten identificados para nada ni siguen las ideas básicas de Hillary.
Si uno va a la esencia del liderazgo -zanja el experto-, que es seguir al líder de manera voluntaria y libre, no ante la presión de una amenaza externa, lo que ha conseguido Donald Trump es gigante. Porque ha ido contra el sistema, contra su partido, contra todo el mundo y aún así le votan.
Acerca del resultado que arrojarán las urnas en noviembre, Álamo considera una misión imposible, a día de hoy, que Trump gane las elecciones, pues ha confiado tanto en su intuición que, al final, se ha equivocado en ganarse tantos enemigos.
Y la intuición muchas veces falla, agrega el profesor, quien advierte que, en ocasiones, tu mayor fortaleza acaba siendo tu mayor debilidad.
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