Las tardes mágicas de Champions están rodeadas de curiosidades y anécdotas, propias de una competición de su categoría.
Fanáticos que ríen, lloran, se enojan y suspiran con cada jugada están presentes en todos los rincones del planeta, desde el momento en que el árbitro da el pitazo inicial.
En Panamá, esta pasión aflora cada martes o miércoles de competencia.