La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, inauguró hoy en la localidad de Palmas los primeros Juegos Mundiales Indígenas, una competición que reunió en un sólo escenario a cerca de 2.000 atletas de una veintena de países, pero en la que se colaron reivindicaciones de los pueblos originarios brasileños.
Tras varias horas de espera, la llegada de la noche dio entrada a la etnia Pataxó, originaria del estado amazónico de Tocantins (norte), cuya capital, Palmas, acoge hasta el próximo 31 de octubre los primeros Juegos Mundiales de los Pueblos Indígenas (JMPI).