En los últimos días he escuchado a varios compañeros pavonear su humilde condición social y no es para menos, la caída de varias estrellas del chollywood que ayer brillaban en la cima y hoy están tras las rejas nos hace reflexionar sobre el precio de la codicia.
Confieso que tengo muchas ambiciones en la vida, pero eso de exponer mi libertad, mi vida y la de mi familia a cambio de lograrlas, no es negociable, jamás lo haría. Prefiero seguir siendo pobre, pero libre y ajena a los peligros que siempre vienen con los negocios ilícitos.