Copenhague honró a la Sirenita, el símbolo más reconocido de la capital danesa, con una fiesta popular para celebrar los 100 años de existencia de la estatua inspirada en el cuento de Hans Christian Andersen.
Ayer hace un siglo fue colocada en el puerto de Langelinie la pequeña estatua donada a la ciudad por el magnate cervecero Carl Jacobsen, que cada año visitan un millón de personas y es de lejos el monumento más fotografiado de Dinamarca.