Ante la mirada indiferente de los peatones esta palomita solo lo queda esperar la muerte, pues no puede volar, ni siquiera caminar.
Su lomo está pelado y parece que sus alas están rotas, a lo mejor le pegaron una pedrada o tal vez un animal la atacó. Quien sabe lo que le habrá pasado, lo que es seguro que al no poder volar la muerte es inminente.
Ella está en los estacionamientos del antiguo almacén Novey de Calidonia, justo al frente del Mc Donald, al lado de Coremusa.