Incertidumbre, molestias, desesperación y una ola de calor incesante, aunado a la falta de agua y algunas veces de comida, padecieron los turistas, quienes estuvieron varados por varios días a causa del cierre de los transportistas ticos desde el viernes pasado en el sector fronterizo.
A última hora de la tarde de ayer, los ticos decidieron abrir, pero para que pasen los vehículos pequeños y los turistas.