Hace unos meses estaba viendo unos videos en internet y buscando pude observar uno en el que una mujer estaba pidiendo dinero en la calle con su bebé en brazos. Ella pellizcaba a la niña para que siguiera llorando para de esta manera despertar la lástima de las personas para que le dieran dinero. No soy madre, pero la acción me dio náuseas. Sentí mucha tristeza ver cómo se utiliza y se maltrata a un pequeño solo para buscar dinero.
Así como este caso, he sido testigo de personas desvergonzadas que salen con sus niños a pedir dinero. Hay veces que veo a las madres sentadas en una esquina bajo techo, mientras que su hijo empapado de sudor tiene que vender las buhonerías bajo el sol y a expensas de ser atropellado por un vehículo. El porqué de la acción me cuesta comprenderlo, de lo que sí estoy consciente es de las consecuencias que esto conlleva, pues los jóvenes que ven en las calles la única manera de divertirse y de conseguir dinero, y las madres se acostumbran a seguir manipulando a sus niños.
Lo más triste de esos casos es que los niños son inteligentes y podrían tener miles de oportunidades en la vida, pero son truncadas por sus propios familiares, quienes se escudan detrás de una pobreza disfrazada para seguir sacando provecho al bolsillo del ingenuo.
Más que un consejo, te pediré que ores diariamente por esos niños y por los padres y madres sinvergüenzas que quizá actúan de esa manera porque fueron criados así; sin embargo, es triste saber que cientos de niños en el país viven de esta manera.
