La falta de este valor en nuestra sociedad trae como consecuencia grandes peleas que pueden resultar fatales. Me dijo una vez un sociólogo que la escasez de tolerancia en el país influye en el aumento de la violencia y que cada vez las personas se toleran menos. Esto se puede detectar a través de las riñas en barrios y, sobre todo, en el aumento de los delitos de violencia doméstica para el 2011.
Y es extraño, porque con tanta tecnología alrededor, debería existir una sociedad con mente más amplia, capaz de tolerar un tema, un comentario, una opinión, un rechazo sin tener que llegar a reaccionar de forma violenta o grosera.
¿Por qué es tan difícil tolerar? ¿Por qué molestarse por una opinión? ¿Por qué responder groserías? La pregunta que siempre me hago y que me ha ayudado a no tener enemigos y lograr buenas relaciones personales y humanas es la siguiente: ¿te gustaría que te hicieran eso?
Si nos hiciéramos esta pregunta cada vez que estamos a punto de responder una grosería, o reaccionar de mala manera, o hacer algún mal gesto, creo que la violencia disminuiría, algunos lugares de trabajo no fueran tan estresantes y no existieran tantas denuncias por violencia doméstica. Y esta pregunta se la puede hacer cualquiera, ¡eh!, no hay jerarquía, es más, de grandes a chicos, de jefes a subalternos, de maestros a estudiantes, de madres a hijos debería ser más porque son ellos quienes dan los ejemplos en sus ambientes, y si dan ejemplo de tolerancia, crean un ambiente tolerante, si no es así, hay desconfianza, falta de comunicación, decepción y caos.
No es difícil, y ser tolerante no significa ser menos, ni ser pasivo, al contrario, se puede defender un punto, debatir un tema y ser tolerante, sin llegar a responder mal, a tratar mal. Es más, es algo digno de admirar.