- Otro de los problemas para las mujeres son los lavamanos, pues siempre está todo mojado, así que la cartera y las bolsas no las pueden apoyar allí.
- de las mujeres prefiere orinar de pie en baños públicos.
- Se arriesga a poner papel en la taza y sentarse.
- Años, madres enseñan a sus hijas a usar baños públicos.
- No le toman importancia a usar baños públicos
No es un secreto que los baños son utilizados por las mujeres para maquillarse, hablar un rato y hasta para agarrar un descanso, pero si todas esas cosas parecen divertidas o desestresantes, hay una necesidad fisiológica (orinar) que se convierte en toda una tortura en los baños públicos.
Cada vez que una mujer va al baño, se enfrenta a muchos problemas. Primero, hay que recordar que la cartera de una mujer está siempre llena de cosas, por lo tanto es pesadísima, se requiere mucho equilibrio y buscarle una buena posición que no interfiera al momento de orinar.
Luego de que se alza el bolso, empieza la búsqueda de la posición correcta, hay que tener buena condición física porque si se va a orinar por más de dos segundos es necesaria la resistencia, ya que estar de cuclillas encima de una taza de baño no es nada fácil de hacer.
Además de encontrar una buena posición, hay distracciones con las que tienen que lidiar, como cuando alguien trata de abrir la puerta en el momento en el cual están por comenzar y tienen que usar la mano libre para sujetar la puerta, lo que deja a la chica en la posición del cangrejo.
A diferencia de los chicos, las mujeres necesitan hacer buenos cálculos para no dejar el baño un poco mojado, pero allí no queda todo, terminar de orinar y lograr dejar una de las manos libres para alcanzar el papel higiénico requiere destreza, eso si es que hay papel y no se aumenta el sufriendo al tener que utilizar el secado a través de la conocida sacudida.
La ginecóloga Raiza Aguilar dijo que desde niñas las madres enseñan a sus hijas a ir al baño antes de salir de casa, entre otras cosas, para no tener que utilizar los baños públicos. Y es que existe una creencia popular de que este tipo de baños están repletos de bacterias y que es muy fácil contraer infecciones o algunas enfermedades, siendo las mujeres más afectadas al no poder orinar de pie como los varones.
Sin embargo, la especialista aseguró que la probabilidad de que esto ocurra es realmente reducida. Eso sí, es posible que presentemos una irritación o reacción dermatológica si nos sentamos en un váter que se encuentra muy sucio.
Por supuesto, también es importante utilizar la cisterna si la persona que usó antes el baño no lo hizo. Así se evita que al realizar las necesidades, las micciones de otras personas puedan salpicar. También es buena idea colocar un poco de papel higiénico en la tapa para asegurarse de que la piel no entra en contacto con la misma.