Conforme se acumulan calendarios, algunas cosas cambian, el cabello se empieza a teñir de blanco, los gustos varían, se suman experiencias y se atesoran historias por contar, esto conlleva a ir adecuando los hábitos para seguir disfrutando de una buena calidad de vida y la alimentación es un punto clave en el proceso de mantenerse activo y saludable a pesar de los años.
Ana Cristina Gutiérrez, asesora nutricional, asegura que además de cuidar la composición nutricional de los alimentos que se ofrecen a los adultos mayores, es importante cuidar otros aspectos, dado que ellos son una población vulnerable a padecer mal nutrición por varias condiciones.
Por ello, "se debe cuidar la textura de los alimentos para que sean fáciles de masticar y deglutir. Por ejemplo, prepararles algunos tipos de papilla, las carnes con cortes suaves y en trocitos pequeños, o bien usar suplementos alimenticios bajo la guía del nutricionista o médico".
La experta afirma que en esta población también es frecuente que pierdan el interés por alimentarse cuando deben hacerlo solos, debido a que están viviendo solos o a que las personas con quienes conviven no están en las horas del almuerzo.
Esto vuelve más importante ofrecerles alimentos muy bien seleccionados y que llenen sus necesidades específicas, pero que vayan de acuerdo a sus gustos. Por ejemplo, lácteos descremados que les aportan proteínas, calcio, vitaminas A y B; pescado, carnes y huevos que contienen proteínas, hierro, zinc y cobre; verduras y frutas que son fuente de vitaminas A y C, antioxidantes y fibra dietética; y pan, cereales y vegetales harinosos que aportan calorías, hidratos de carbono, fibra dietética y proteínas. También es aconsejable caminar, subir escaleras, arreglar el jardín, nadar o inscribirse en clases de baile.