El Día de los Santos Inocentes es la conmemoración de un episodio hagiográfico del cristianismo: la matanza de los niños menores de dos años nacidos en Belén (Judea), ordenada por el rey Herodes con el fin de deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret.
Pero según el sociólogo Juan Pablo Sánchez, la tradición popular ha cambiado el sentido original y lo ha convertido en un día dedicado a las bromas pesadas y a los engaños, para hacer caer a los ingenuos, que no es lo correcto.
Según Sánchez, muchos explican que no es burla de la fecha sino para recordar la inocencia de los niños que no saben ni entienden lo que les sucede, razón que motiva a la sociedad a cuidarlos y protegerlos de todo mal que hay dentro de la sociedad actual en que vivimos.
Lo importante es recordar que una fecha como hoy se debe apoyar a la Iglesia católica, que es una de las que recuerda con misas y oraciones la matanza de todos los niños menores de dos años nacidos en Belén. La meta es que una situación parecida no se repita en el mundo actual.