Si usted sospecha que su hijo sufre de hiperactividad, el primer paso es que un especialista certificado se la diagnostique. Esta es una consulta frecuente de los padres de familia y afortunadamente se da, ya que la automedicación es el peor error explicó, Enrique Medina, pediatra endocrinólogo.
El especialista agregó que saltarse a los expertos es propiciar las condiciones para que se den otros males como desnutrición, fatiga e incluso de crecimiento.
El segundo paso es adecuarse al tratamiento que se le prescriba y acatarlo con responsabilidad. De eso depende que los cuadros de dispersión se controlen y el niño disfrute más de su tiempo con la familia, en la escuela y otros espacios que requieren de su atención.
Y el tercer paso es apostar por la medicina más barata y efectiva contra esta condición y muchos otros padecimientos, que es la actividad física.
Está demostrado que realizar 1 hora de actividad física, 5 veces a la semana, ayuda a una mejor concentración, a desarrollar niños más alegres y sanos y a la vez agotar excesos de energía que luego propicien cuadros de insomnio, detalló Medina.
También puede rescatar algunos juegos tradicionales y ponerlos en práctica con los pequeños.