Cuna del folclor. De seguro, una niña inquieta, un remolino de travesuras, pero sobre todo, enamorada del folclor panameño. Así es Arlines González, una niña de 12 años, quien adora todo lo que tenga que ver con las costumbres y tradiciones panameñas.
Baila típico desde que tiene uso de razón, y la primera vez que participó en un conjunto folclórico fue a los 11 años, en la Parroquia San José.
La que está muy orgullosa es su madre Migdalia Vergara, quien manifestó que fue en el conjunto folclórico donde descubrió que tenía un diamante en bruto en Arlines, por lo que siente necesario seguir puliendo el abanico de opciones que le brinda la cultura panameña.
Según la señora Migdalia, la belleza de la mujer panameña es única, un matiz de razas que evocan diferentes culturas y tradiciones. La mujer panameña es sinónimo de belleza, valentía, trabajo, superación, pero sobre todo, por ser fiel amante y centinela de sus creencias y tradiciones, por eso trata día a día de mostrarle a su hija lo importante de cultivar las tradiciones panameñas.
Arlines es una niña muy carismática, quien demuestra con su alegría lo mucho que ama el folclor.
La pollera es lo que más le gusta lucir; el punto, la pieza musical que más le gusta bailar, porque en ella se demuestra la elegancia de la mujer panameña con un despliegue de técnicas, arte y gracia.
Un consejo que les da a todos los niños del país es que se interesen por conocer y cultivar las costumbres de Panamá, porque son hermosas y sería una lástima que se perdieran.
Como Arlines, hay muchas niñas que conocen el folclor panameño y se interesan por cultivar las costumbres de Panamá.