No existe un día más hermoso que hoy. La suma de muchísimos ayeres forma mi pasado. Mi pasado se compone de recuerdos alegres.... tristes....
Algunos están fotografiados y ahora son cartulinas en las que me veo pequeño, en las que mis padres siguen siendo recién casados y mi ciudad parece otra.
Ayer pudo haber sido un hermoso día... pero no puedo avanzar mirando constantemente hacia atrás.
Corro el riesgo de no ver los rostros de los que marchan a mi lado. ¿Acaso mañana amanezca aún más hermoso? Pero no puedo avanzar mirando solo el horizonte. Corro el riesgo de no ver el paisaje que se abre a mi alrededor.
Por eso, yo prefiero el hoy. Me gusta pisarlo con fuerza, gozar su sol, o estremecerme con su frío, sentir cómo cada instante dice presente.
Sé que es muy breve, que pronto pasará, que no voy a poder modificarlo luego, ni pasarlo en limpio. Como tampoco puedo planificar demasiado el mañana: es un lugar que todavía no existe...