José de las Mercedes Bernal, también maestro jubilado, manifiesta que la relación de Santa Ana y La Villa siempre ha estado ligadas y es por ello que el padre López de La Villa de Los Santos, es a quien se le adjudica la devoción por Santa Ana, madre de la virgen María.
En la casa de Ambrosia Corro Ríos a Santa Anta se le adoraba en un retrato, pero al construir la primera capilla hecha de quincha en 1937, el sacerdote Francisco Sáez, oriundo de esta comunidad propone cambiar el nombre a Santa Ana.
En 1947 se realiza un comité y se recolecta 200 dólares para traer la imagen de Guatemala y la misma es llevada en carreta desde la casa Virginia Lara, madre del padre Sáez, ubicada en las huertas del río La Villa hasta la iglesia.