¿Por qué habría que darle una nueva oportunidad a Julio César Dely Valdés de volver a dirigir a la Selección Mayor de Fútbol de Panamá?
Esta pregunta me la he hecho desde que Panamá cayó el pasado martes ante Estados Unidos y acabó el sueño del Mundial de Brasil 2014.
Así como sucedió con el colombiano José Eugenio Cheché Hernández, primer técnico en llevar a Panamá a una Hexagonal Final de Concacaf, igual debe suceder con Julio Dely.
Acá no vale que logró la mayor cantidad de puntos para un técnico en una eliminatoria para Panamá. Acá lo que cuenta es que fracasó en su intento de clasificar a Panamá a su primer Mundial. Y que a nadie le asuste la palabra fracaso, porque al final eso fue lo que realmente sucedió en esta Hexagonal Final de la Concacaf. Se fracasó al no cumplir con el objetivo trazado. ¿O me dirán ahora que ese no era el objetivo? ¡Pongamos los pies sobre la tierra y seamos serios en este asunto! La Federación Panameña de Fútbol (Fepafut) contrató a Julio Dely no creo que para que conquistara la mayor cantidad de puntos para un técnico al frente de la Roja en su historia, sin importar que se lograra la clasificación a la Copa del Mundo Brasil 2014.
Repito, acá no se cumplió el objetivo y por ende se fracasó. No le quedará otra alternativa a la Fepafut e inclusive al Gobierno Nacional que mirar con luces largas y hacer del sueño de clasificar a un Mundial un asunto de estado. Una estrategia que debe armarse desde ya, pero no con Julio Dely Valdés, quien, como Cheché Hernández, tuvo su oportunidad y fracasó.