Lleno de dolor y con gran impotencia, el abuelo Belisario Franco, de 90 años, observaba sin poder hacer nada cómo maquinaria pesada derribaba la casa que tantos años le costó levantar, al igual que los árboles que cuidó por más de 40 años.
El coraje y la rabia por no poder hacer nada también se apoderaron de los vecinos y de la esposa del anciano, que es epiléptica. Fueron desalojados de su vivienda en la barriada Boulevard de Aguadulce, provincia de Coclé.





