Oiga el susto. A Yedgar Carolina pudo haberle costado la vida que no le echaran la gasolina por la que pagó en una estación del país.
Resulta que el tableño pasó un buen susto cuando se le quedó el carro sin gasolina bajando la segunda loma de Loma Campana, pues los 20 que le echó al carro en una gasolinera, jamás fue cierto que se los surtieron y pasó el susto de su vida, que no se lo desea a nadie, y que le pudo haber costado la vida, o la de alguien más.