Cargando tanques con combustible por las montañas o en labores propias de la minería artesanal, continúan siendo utilizados los niños de la etnia Ngäbe Buglé, junto a sus padres, en áreas rurales del distrito de Donoso.
Las labores clandestinas se sitúan en las montañas adentro del corregimiento de Coclé del Norte y Petaquilla, donde en sus ríos, extranjeros y nacionales se conjugan para extraer oro, utilizando las motobombas.
Ya han incursionado las autoridades regionales de ambiente y del Mici a estas zonas, donde han decomisado estos equipos, ubicados en los ríos.
No obstante, lo extraño de esta situación, nuevamente los indígenas de la etnia Ngäbe Buglé, que se trasladaron de las provincias de Chiriquí, Veraguas y Bocas del Toro, han hecho asentamientos en la zona.
Es en medio de esta situación de pobreza, donde los padres junto a sus hijos se dedican a las labores propias de la extracción de oro de manera artesanal y al margen de la ley.
Bertinio Montezuma es un joven de 35 años de edad, quien llegó junto a su compañera y sus cuatro hijos a Nueva Lucha, al escuchar hace más de tres años que había oro.
Este indígena contó que desde hace 6 meses se dedica a extraer oro, que luego lleva a vender al corregimiento de Coclesito o en su defecto hacia La Pintada, incluso Penonomé, aunque asegura que sus hijos no trabajan en la minería.
Sin embargo, él manifiesta que ha visto cómo otros pobladores sí llevan a sus hijos a los ríos, para que los ayuden a cargar la gasolina, llevarle la comida o el agua, junto a sus madres, "es algo cultural, desde que son pequeños y pueden hacer algo, apoyan en las labores de la casa".
350
indígenas se han ubicado en un lugar al que denominan Nueva Lucha.
200
niños ha sacado Casa Esperanza de las calles de Colón, durante este año.