La alarma se disparó tras el anuncio de la suspensión de la planta potabilizadora que suple de agua potable a Macaracas y Llano de Piedra.
El Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (IDAAN) tomó esta medida urgente luego de detectar un incremento atípico de microorganismos en el río Estivaná, principal fuente de captación de agua para ambas comunidades, y afluente del río La Villa.
Los análisis de laboratorio confirmaron la presencia de agentes contaminantes, lo que representa un riesgo inminente para la salud pública, según indicó el IDAAN.
En respuesta, se activó un plan de contingencia que contempla distribución de agua mediante carros cisterna, con prioridad a hospitales, centros de salud y áreas vulnerables, así como inyecciones desde puntos estratégicos para reforzar el suministro.
Residentes de Macaracas expresaron su preocupación y exigen respuestas claras de las autoridades, así como un plan de distribución de agua potable tan efectivo y organizado como el que se implementó en Chitré y otras zonas de la provincia de Los Santos.
“Aquí también vivimos personas que merecen agua segura. No somos menos”, expresó una vecina visiblemente indignada.
La crisis sanitaria en esta región del país ha escalado al punto de que la Fiscalía Regional de Los Santos y la Procuraduría General de la Nación realizaron inspecciones a dos empresas dedicadas a la cría de cerdos, ubicadas en las cercanías del río Estivaná.
Las investigaciones buscan determinar si estas actividades están relacionadas con los vertimientos que afectan la calidad del agua, debido a la presencia de microorganismos.
El Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) también encendió las alarmas tras presentar informes que alertan sobre posibles actividades contaminantes en las riberas del afluente.
Durante la jornada, biólogos, químicos y peritos especializados tomaron muestras del río en distintos puntos, extendiendo el operativo por varias horas en zonas donde se presume el origen de los desechos.
Mientras tanto, el agua escasea y la incertidumbre crece, y la población espera que las autoridades no solo resuelvan la emergencia, sino que castiguen con firmeza a los responsables de esta posible negligencia ambiental.