Durante toda la vida hemos buscado palabras que nos permitan vender nuestra música típica internacionalmente. En alguna ocasión se utilizaron las palabra pindín y Guararé, en ambas oportunidades la intención fue válida y ambos nombres son aprobados, pues nos representan, pero no tuvieron la repercusión esperada.
Vender la música típica fuera de nuestras fronteras ha sido una tarea difícil. Ojo, y no porque no se haya hecho el intento, o porque no tenga calidad, ni exponentes valiosos.